viernes, 1 de agosto de 2014

Talavante, la búsqueda constante del toreo

Articulo publicado en el espcial 2014 de Colombinas del diario Huelva Información.

El camino más corto no es siempre el mejor para llegar a la meta. Y en esa anda Alejandro Talavante, cansado ya de las autovías de las grandes empresas del toreo, ha cambiado de apoderado, y se ha echado a las nacionales en dirección al mismo destino ser Figurón del Toreo.

Está siendo un año complicado para el torero extremeño, pues aunque el paisaje es infinitamente mejor, algunos pinchazos y curvas sinuosas le han impedido estar anunciado en las principales plazas del país, excepto Sevilla, cuya invitación declinó gustosamente. Es Huelva una ciudad sin peajes y llega Alejandro Talavante al coso de La Merced, convencido de que la felicidad no está en el triunfo sino en la manera de conseguirlo.

El toreo, como toda expresión artística, se encuentra en constante evolución desde que el primer hombre se pusiera ante un toro a fin de sortearlo. Sin embargo, estas distintas evoluciones no han sido enmarcadas, o clasificadas por alguna etapa o corriente artística como si ocurre con la pintura, por ejemplo, sino por el precursor de burlar la embestida del toro de una manera diferente y emocionante a la vez. Es Talavante un torero capaz de beber de las fuentes de los más influyentes y revolucionarios matadores, intentando aunar en su personalidad un toreo distinto capaz de emocionar al que se encuentra en el tendido como a sí mismo.

No es la misma forma de interpretar el toreo la que veremos en Alejandro a los pies del cabezo el próximo día uno de agosto, que el que le aupó en hombros de las gentes de Madrid cuando era un tímido novillero. Alejado ya de la quietud y el espanto, busca este nuevo Talavante un toreo más hondo, cimentado en su portentoso natural. Imbuido en esa lucha de los líderes del escalafón por encontrar el muletazo más largo, ha vuelto a preocuparse por la estética del trazo y la composición de la figura antes desgarbada, ahora firme y elegante. Destacado muletero, ha descubierto por esas carreteras que se acercan a La Puebla cuán placentero es lancear a la verónica al burel, más incluso que el natural infinito tan deseado en esta época. Y es que la libertad da descanso al alma, hace que el hombre busque en su interior las verdaderas herramientas que lo hacen feliz y ansía poder compartirlo con los demás.

Es Talavante un torero que pasa entre el público aficionado por apático, que está pero no está. Indiferente a lo que ocurre en el ruedo y al toro. Que nada le afecta. Sin embargo, tengo la sensación de que es todo lo contrario. Le pesa mucho la responsabilidad así como su toreo depende en un alto grado de su estado de ánimo, sus preocupaciones y sus alegrías. Del mismo modo que se transmite una posible apatía cuando un toro le entrega sus embestidas, cuando siente capaz de imponer la razón humana al instinto animal, cuando de esa unión hombre toro fluye la magia del toreo, se vacía, se inhibe de todo lo que se encuentra alrededor dejando llevarse el también por sus telas. Tal vez una tanda, una verónica o un natural son solamente necesarios para que Talavante alcance su plenitud taurómaca delante del toro.


En la previa de la partida del viaje a lo desconocido llega Alejandro Talavante a Huelva buscando que un toro de José Luis Pereda sea su navío y los onubenses el viento que lo empuje a lograr la emoción que su toreo es capaz de crear. Es Huelva punto de partida de grandes viajes y lo será de este nuevo torero en busca de sí mismo. 

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