jueves, 16 de abril de 2015

Se acabó la carrera. ¡Gracias!


¡Por fin! Acabo de defender el Proyecto Fin de Carrera y con ello cerrar un capítulo importantísimo de mi vida. Y no tengo más que dar las gracias a todos cuantos han sido participes de ello.


De la memoria del Proyecto Aplicación informática para el cálculo analítico de Silos:

Llegó el momento de finalizar una etapa. Se dice que los años de universidad son los mejores de la vida, y puede que así sea, porque buenos no es que hayan sido, sino buenísimos. Sin embargo, pese a que tendemos a creer que cualquier pasado fue mejor sé que lo mejor está aún por llegar.

Gracias a mi paso por esta Escuela, se ha forjado el hombre que soy. Desde que entré una mañana de Septiembre por estos pasillos, imberbe aún y con más miedo que voluntad. El cálculo de estructuras, el diseño mecánico o a la resolución de problemas de transportes han hecho que crezca como persona. He aprendido que el esfuerzo es el único camino, he compartido alegrías y frustraciones, he aprendido a sobreponerme en la adversidad, a buscar apoyo en los compañeros y mostrarme cuando me han necesitado. En resumen estos años han marcado enormemente al hombre que soy y que podré ser en el mañana. Esta experiencia ha sido el último paso de una educación, que desde el principio, pretendía hacer de mí un buen cristiano y un honrado ciudadano.

Todo ha sido posible gracias a la compañía de la que he disfrutado en este camino que hoy cierra su última etapa. Han sido muchas las personas con las que he compartido este tiempo. No sería el mismo sin haber recalado en el Colegio Mayor San Juan Bosco, ahí encontré a mis compañeros y ahora verdaderos amigos con los que vivir las alegrías y las penas. Gracias Don Enrique, por hacerme ver en esos años la importancia de mantenerme fiel al espíritu de Don Bosco, ser responsables estando siempre alegres. Gracias Señor, por cruzarme en mi camino a tanta gente buena en estos años. Gracias profesores por hacerme siempre esforzarme un poco más, aunque no supiera verlo, ahora sé que me habéis hecho mejor. Gracias hermanos por vuestra complicidad. Gracias compañeros de Azcatec, por tanto, por hacer de mi un profesional del mañana.

Sobre todo gracias a vosotros, por darme la vida. Por enseñarme a andar por ella con dignidad y respeto, gracias por las llamadas de atención y por los empujones adelante, siempre adelante. Por educarme, por intentar siempre que saque lo mejor de mí. Gracias por no decir siempre lo fácil o lo que halaga al oído, gracias por vuestro ejemplo. Mis hermanos y yo no somos más que el producto de vuestro amor diario, el fruto de haber compartido vuestras vidas.

Llegó el momento de cerrar una ventana para poder así abrir una puerta, con retos maravillosos por afrontar.

Joaquín Mañes Izquierdo
La Palma del Condado, Abril 2015