miércoles, 5 de febrero de 2014

La muerte no es el final

La muerte, cuando viene lo hace para decirnos a los demás que estamos vivos.  La muerte, no pide permiso, es inoportuna, mal educada e indiscreta. Abre de par en par puertas y ventanas y entra en estampida a por aquello que cree que es suyo, que le pertenece.

La muerte es un escalofrío, es un pellizco en el fondo del alma. Enciende de golpe el interruptor que proyecta la película de tu vida, para que busques imágenes que sirvan de despedida, porque nunca dice cuando vendrá.

La muerte se cree capaz de derrocar los cimientos más grandes que hacen al hombre permanecer en la tierra, su Fé. Pero no es así, no tiene tanto poder. La muerte no es el final.

Hay un lugar mejor que este mundo. El paraíso tiene que ser muy parecido a esa marisma que frecuentabas a lomos de un caballo. Desde allí seguirás siendo parte de tu familia, de tu clan, pues seguirás viviendo en ellos y en todos los que tuvieron la suerte de conocerte.

La muerte ha abierto esta madrugada las ventanas de mi alma y un escalofrío ha recorrido mi cuerpo para llevarse a un amigo,  más que eso, parte de mi familia. Esa familia a la que no te une la sangre, si no el cariño, el amor, el trato, la confianza, valores que unen más que el primero.

Nunca se está preparado para noticias así. Noticias que hacen despertar a los vivos, que nos llaman a disfrutar con intensidad del tiempo que estemos aquí y a luchar por la memoria de los que no están, que su mensaje y manera de actuar siempre quede presente.Gracias por haber formado parte de mi vida. Hay un camino, una noche estrellada, que  no podré olvidar nunca.


Descansa en paz Antonio, queda mucho camino por andar, porque la muerte no es el final.  

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