viernes, 3 de mayo de 2013

¡El lugar que da el toro, que no lo quite el hombre!

Foto: Xose Andrés
www.joseluispereda.es
El toro no entiende de intereses, gracias a Dios.  Sí, doy gracias porque al menos uno de los protagonistas del festejo no está condicionado por algún suculento motivo. Vamos que no mira por nadie. Por no mirar, no mira ni por el ganadero que lo ha criado y preparado para ese momento crucial en la vida del toro bravo.
Hasta que los animales dejen de ser lo que son y tengan capacidad de pensar y por ello conspirar, el toro seguirá poniendo a  cada uno en su sito. Ese es el gran pilar donde se sustenta la fiesta, porque antes o después el toro pone todo en orden, al ganadero, al torero, al empresario, al apoderado a todos.
En los toros como todo lobby empresarial se observan muchos movimientos, colocaciones y actuaciones que responden a los intereses personales o económicos de quienes viven de esto y que se escapan a la visión del aficionado común. El aficionado no se entera de lo que pasa en los despachos, ese tema que despierta tantas intrigas y recelos. Pero lo que si ve son los carteles y es ahí cuando echa en falta a tal o cual torero que vio hace tiempo y estuvo superior. O ve a tal torero que se ha colado en un lugar de privilegio que a su entender no le corresponde por un motivo tauromaquico. Y ve ganaderías que no embisten pero por ser de tal o cual persona la anuncian. Al ver esto aficionados, puristas y criticones nos rasgamos las vestiduras hablando de que la fiesta se pierde, que esto antes no pasaba, que claro quieren llevárselo calentito y demás improperios. No he podido vivir otra época del toreo pero supongo que esto habrá ocurrido siempre y seguirá ocurriendo en mayor o menor grado, dependerá de la calidad humana de los que manejen los hilos del toreo.
Manuel Escribano
www.lopezmatito.com
Yo al menos estoy tranquilo, porque sé que el toreo acaba triunfando. Cuantos toreros hay en estos tiempos sin ninguna oportunidad, en sus casas, porque estén mal llevados, rodeados de quien no le hacen bien, que no interesan en el lobby, pero que siguen entrenando y preparándose día a día para ser figura en esto. Solo deseo que no desesperen que sean persistentes porque el toro y solo él los pondrá a cada uno en su sitio. Y su toreo marcará su meta. Nazaré y Escribano son ejemplos claro de tesón, lucha y esfuerzo por conseguir un sueño que no depende de los hombre sino del animal por el que están dispuestos a entregar su vida.


¡El lugar que da el toro, que no lo quite el hombre!






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