Foto: Xose Andrés www.joseluispereda.es |
Hasta que los animales dejen de ser lo que son y tengan capacidad de pensar y por ello conspirar, el toro seguirá poniendo a cada uno en su sito. Ese es el gran pilar donde se sustenta la fiesta, porque antes o después el toro pone todo en orden, al ganadero, al torero, al empresario, al apoderado a todos.
En los toros como todo lobby empresarial se observan muchos movimientos, colocaciones y actuaciones que responden a los intereses personales o económicos de quienes viven de esto y que se escapan a la visión del aficionado común. El aficionado no se entera de lo que pasa en los despachos, ese tema que despierta tantas intrigas y recelos. Pero lo que si ve son los carteles y es ahí cuando echa en falta a tal o cual torero que vio hace tiempo y estuvo superior. O ve a tal torero que se ha colado en un lugar de privilegio que a su entender no le corresponde por un motivo tauromaquico. Y ve ganaderías que no embisten pero por ser de tal o cual persona la anuncian. Al ver esto aficionados, puristas y criticones nos rasgamos las vestiduras hablando de que la fiesta se pierde, que esto antes no pasaba, que claro quieren llevárselo calentito y demás improperios. No he podido vivir otra época del toreo pero supongo que esto habrá ocurrido siempre y seguirá ocurriendo en mayor o menor grado, dependerá de la calidad humana de los que manejen los hilos del toreo.
Manuel Escribano www.lopezmatito.com |
¡El lugar que da el toro, que no lo quite el hombre!
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