Estos durísimos tiempos que corren, han venido cargados de miseria, dificultad y pobreza. Sin embargo, la cordura se está haciendo presente a la fuerza en todos nuestros hogares.
Al principio de esta época de crisis quisieron
hacernos ver que lo que estaba por venir, no era la realidad, era una situación
circunstancial, una vida falsa dentro de la verdadera, algo así como Matrix. Analizando
el antes y el después, a toro pasado claro, no había que ser ningún gurú de la
economía para saber que las vacas gordas acabarían convirtiéndose en flacas más
pronto que tarde. Y no había que observar ningún indicador económico, ni la
prima de riesgo, ni los índices bursátiles simplemente había que observar los
comportamientos anómalos que se producían en la sociedad.
Lo que siempre fue seña de mal
gusto, hablar de dinero, se había convertido en Trending topic social, si antes
las vecinas contaban contentas pero en voz bajita que se habían comprado por
fin una lavadora, ahora se publicaba a voz en grito y cantando las maravillas
de tan poderosa máquina. Así como los coches, teléfonos móviles y cruceros por
el caribe que todo españolito de a pie quería pegarse. Se nos olvidaron los
valores intrínsecos que siempre han tenido este pueblo, la humildad, la
sencillez, el trabajo y que la mayoría de los españoles que embarcaban en
grandes viajes era para no volver.
La cordura ha vuelto a golpe de
hambre y frustración. Y espero que haya sido para quedarse. Debemos reencontrarnos
con esa sociedad que supo reponerse de los errores del pasado, despojarse de
los fantasmas y mirar al futuro con esperanza. Esa esperanza que se nos
presenta en un pesebre, humilde, sin abalorios, con un pañal de tela que nos
dice que no hemos venido a este mundo para poseer, sino para compartir y dar
amor a los demás.
Ahora volvemos a ser conscientes
de lo que cuesta conseguir unos euros, volvemos a ser conscientes que de una
olla puede comer mucha gente, hay viejos modos de vida que vuelven a estar
vigentes y ya a nadie se le ocurre hablar de dinero, porque vuelve a ser cosa
de mal gusto.
Que la Navidad sea autentica y
veamos en el Nacimiento un signo de Esperanza y un motivo en el que creer que la
humildad, el amor y la generosidad es el camino a una vida y una sociedad
mejor.
Feliz Navidad a todos!