jueves, 10 de octubre de 2013

La buena educación nos hace libres

Llevo mucho tiempo reflexionando en la educación, la buena educación, aquella que no sale en el curriculum en forma de carreras, cursos y másteres. En la educación que le otorga identidad al individuo, que lo hace especial y distinto, aquella que te hace compatible o incompatible con tus semejantes, la que te saca de apuros o te acerca a los problemas. Y es que se nos llena la boca hablando de libertad, de ser libres y creo firmemente que la llave de todas esas vallas que pueden cohibirnos o coartarnos en un momento dado nos la da una buena educación. 

Precisamente estos días se discute en el Congreso de los diputados sobre la LOE, LOGSE o LOMCE para mi todas igual de improductivas. Desde que llegó la democracia a nuestro país y sobre todo en el final de los años ochenta y principio de los noventa se le vino a decir a la sociedad que todo valía. Que había que desprenderse de los valores tradicionales mandando a paseo valores como el esfuerzo, la disciplina, el respeto. Castigar o corregir no servía para nada, ya que los niños pequeños saben perfectamente lo que tienen que hacer, por tanto padres limítense a vestirles y alimentarlos y profesores a explicar las materias que salen en los libros. A alguna que otra vez escuche esta frase que engloba en ella misma la tragedia de una generación perdida "He pasado de la autoridad de mis padres a la tiranía de mis hijos".

Mi generación las anteriores y posteriores estamos abandonadas a nuestra suerte, pues tenemos formación y capacidad pero estamos tremendamente limitados por la ausencia de valores y principios como el respeto a los mayores, el valor del esfuerzo, del sacrificio, básicos todos ellos par crear una sociedad mejor. No solo estos valores, que para algunos son tópicos, sino pequeños detalles como ver, oír y callar, saber comportarse ante desconocidos, respetar la jerarquía  brillan constantemente por su ausencia. 

Hablamos de libertad, de derecho a decidir y se nos llena la boca, pero estamos en el tiempo más prohibicionista y secesionista de la historia española desde que se firmo la constitución del 78. Algunos no buscan la libertad, sino el libertinaje al que les lleva su ausencia de educación. Hoy encontramos gente mediocre en todos los ámbitos de la sociedad, políticos, instituciones, empresas, asociaciones, sindicatos, clubes deportivos, hermandades... pues en este país se ha fomentado que para ser alguien, solo es necesario medrar hasta un puesto relevante en su pequeño circulo social. La situación crítica que vive este país no lo arregla el FMI, ni los recortes, ni rescates, ni leyes vanas, sino una generación de personas educadas en valores como el  respeto, el compromiso, el valor de la palabra dada, la vergüenza, el esfuerzo. Mientras seguiremos siendo presos de un estado del bienestar ficticio, pues en el fondo no somos libres, sino presos de nuestra mediocridad.