lunes, 23 de septiembre de 2013

Se cerró el circulo

En la tarde de ayer se lidiaron los últimos Concha y Sierra, criados por la familia García-Palacios, bien presentados, bellismos de estampa y de buen juego primero y tercero, corto el segundo, parado el cuarto y sosos quinto y sexto.

Esta feria de los encastes minoritarios destruye, más que construye. Es cierto que hay determinados encastes y ganaderías que de no ser por estos domingos en septiembre, algunas, ni se anunciarían en España. Hay novilleros que tal y como está el asunto necesitan pasar por Madrid para poder torear en cualquier pueblo y se echan a Las Ventas con poquísima experiencia, para ganar en curriculum. Y claro cuando se juntan toros con embestidas singulares, toreros aún faltos de rodaje y una afición tan extremadamente exigente como la que no falla ni un domingo a la calle Alcalá pues es muy dificíl que salte la chispa del buen toreo. Por eso esta feria no ayuda a nadie, ni a las ganaderías, ni los chavales ni a la afición que cada vez son menos los que se pasan los domingos por las Ventas.

Las asistentes que completaron casi un cuarto del coso pudieron disfrutar de una tarde de toros en la que sobre todo destacó el novillero gaditano Fran Gómez. Se encontró con un primer novillo al que recibió con mucho gusto a la verónica y consiguió lo más notable de la tarde con varias tandas sobre la mano zurda. Lo intentó por el pitón derecho pero al novillo le faltaba recorrido por ese lado. Con el cuarto volvió a demostrar su buen son capotero, pero al coger la muleta el novillo se paró muy pronto. Mató de soberbia estocada, que en otros tiempos, le hubiera valido una oreja. El público se la pidió pero el presidente no tuvo a bien concederla. Dio una merecida vuelta al ruedo.

Al cordobés Andrés Jiménez 'Gallo Chico' no se le vio cómodo en ningún momento delante de los vazqueños, lidió en segundo lugar, un precioso y muy exigente, novillo sardo al que no logró entender, dejándoselo siempre muy encima al final de cada muletazo. Con el quinto el joven novillero intentó justificarse ante un animal de poquísimas opciones de éxito.

Cerraba la terna otro gaditano, esta vez de Sanlucar de Barrameda, con la vitola de triunfador en El Puerto de Santa María. Lo cierto es, que las únicas dos novilladas que toreo con los del castoreño, antes de su comparecencia ayer, fueron en esa plaza. Se le vieron muy buenas maneras con las telas, sobre todo con el capote, pero la falta de novilladas se hizo patente cuando le tocó muletear al tercero. El novillo tenía recorrido y una embestida larga pero cabeceaba y protestaba la enganchar la franela y necesitaba de pases muy limpios. Lo intentó con todo, dando muestra de valor y ganas pero no terminó de acoplarse. El Sexto muy soso y complicado en la muleta lo dió opciones al joven novillero a lo que hay que sumarse el mal ambiente que se respiraba en el tendido al finalizar el festejo con las protestas de los de siempre.
Pese a llegar sin mucho fondo los novillos se pudo disfrutar de muy buenos tercios de varas, ya olvidados en algunas plazas donde la mayoría de los novillos se arrancarón desde más allá de la segunda raya con brío. Las cuadrillas estuvieron a un gran nivel, sobre todo Jesús Arroyo, de la cuadrilla de Fran Gómez, que lidió a la perfección al primero y se desmonteró tras parear al cuarto.


Se cerró el circulo, termino una aventura de casi veinte años para una familia entregada al toro, que tuvo el valor de coger en sus manos una ganadería legendaria en un momento complicado. Estos años, sin duda, los de Concha y Sierra han dado muchas satisfacciones a quien con trabajo y sacrificio han luchado por que el encaste no desapareciera. Con pena y nostalgia se se terminaba un ciclo ganadero y un capitulo importante en la frondosa historia de una ganadería que como en otros tiempos, hicieron muchos españoles, viaja a Francia en busca de oportunidades, y una vez recuperada seguir creciendo.





miércoles, 18 de septiembre de 2013

Los últimos Concha y Sierra onubenses, aquellos que vi herrar

Este próximo domingo se lidiará en la Plaza de Toros de Las Ventas, en Madrid, los últimos Concha y Sierra de la familia García-Palacios y allí estaré para ver como derraman su bravura en la plaza más importante del mundo.

Hace tres navidades gracias a la generosa invitación de José Luis, responsable de tan legendario hierro, realicé una de las tareas mas bonitas del campo bravo, el herradero de machos. Era una mañana húmeda de Enero y por la manga de El Campillo iban pasando los añojos para ser marcados fuego. En un lugar prudente para no molestar ví como iban siendo marcados con mimo y cariño los primeros machos de la camada, a la vez que aprovechaba la ocasión para preguntar a la veterinaria, enviada por la Unión, sobre todas las dudas que me iban surgiendo. Al cuarto o al quinto me dieron la alternativa con el hierro de la 'C' y la 'S' y marqué por primera vez un novillo, un añojito salpicado, que no había forma de que estuviera quieto en el cajón como bravo que era. Ya fue un no parar en toda la mañana intentando ayudar en tan ancestral costumbre de marcar el ganado. Fue una mañana mágica de las que solo se viven una vez y reafirman una afición en algo más que el toreo, en una forma de amar el rito y las costumbres que ponen al hombre al servicio del toro.

Resulta que esos añojos cuyo herradero presencié ya son utreros con cuajo y entregarán su vida este fin de semana. Por muchos motivos mi corta vida de aficionado está ligada a esta divisa, el primer tentadero que viví fue en la placita de El Campillo, he dado de comer a sus vacas y puedo disfrutar de esta afición de una manera diferente gracias a José Luis que me echo un capote en un momento clave. Es por eso que quiero estar presente cuando salga uno de los últimos vazqueños el próximo domingo al ruedo de las Ventas.

Esta ganadería legendaria sigue viva gracias a la familia García-Palacios, supieron sacarla de un momento delicado y darle salud y vida a un hierro que ha sido participe de muchos de los acontecimientos más importantes de la historia del toreo en el siglo XX. No solo una afición desmedida es necesaria para mantener este legado, sino, una profunda responsabilidad y respeto hacia la historia del toreo y del campo bravo, pues valga de ejemplo que un toro de esta casa encumbró al mismisimo Juan Belmonte en Madrid.

Deseo de corazón que la novillada sea un éxito en lo ganadero, que la gente salga de las Ventas hablando no solo de lo bonitos que eran los novillos sino de lo bravos que han demostrado ser. Y sobre todo que la familia Garcia-Palacios vuelva a Huelva orgullosa por haber sido participe de la historia del toreo, por haber criado un toro del siglo XIX que sigue embistiendo en el XXI, manteniendo un encaste único y por haber hecho disfrutar con su esfuerzo ganadero de muchisimos de aficionados con el toro que han creado. Se lo merecen. Ahora las vacas madres de este hierro vivirán en Francia donde seguro sus frutos tendrán más posibilidades gracias al buen hacer de la afición francesa y estos ganaderos seguirán criando toros de triunfo, esta vez bajo el hierro de Albarreal. Mucha suerte a todos.





Estos son los últimos Concha y Sierras retratados por Vicente Medero en las dehesas de Huelva.